No se si tienes la sensación de que tu cuerpo es como una batería que se va agotando y llegas al final del día sin una pizca de energía, tu color de piel es de color gris, tus ojos sin vida y solo tienes ganas de llegar hasta la cama, para poder dormir. Es como si tuvieras la energía justa para pasar el dia…. y esto no es así.
Tienes mucha energía, de hecho somos energía, por lo tanto tenemos toda la que queremos, pero no lo sabemos y vivimos siempre en reserva…..
TE VOY A ENSEÑAR CÓMO RECUPERARTE CUANDO CREAS QUE YA NO PUEDES MÁS!!
Párate unos minutos, no hace falta que te sientes, que enciendas velas o incienso o que pongas música. Si puedes y tienes tiempo, pues mucho mejor, porque crear un espacio adecuado es poner a nuestra mente en sintonía con lo que vamos a realizar. Pero no hace falta, solo párate un momento y respira, coge aire por la nariz, mantén el aire dentro del cuerpo (apnea) y suéltalo por la boca, no estes tensa relaja tus hombros y pon tu espalda recta, así dejarás que el aire llegue a los pulmones utiliza el mismo tiempo al coger el aire que al soltarlo y así aumentarás tu capacidad pulmonar. No pienses en todas las tareas que te quedan por hacer solo concentrate en la respiración y hazlo unas cuantas veces.
Piensa que solo respiramos para sobrevivir, yo lo llamo “respiración de supervivencia”; Solo utilizamos una mínima parte de nuestro pulmones, la parte superior de nuestro cuerpo, levantando los hombros al respirar y no dejamos que el aire los llene por completo utilizando la expansión de la caja torácica. Tenemos que que relajar los hombros sin que ellos actúen en la respiración.
Hazlo ya veras que cambio!! y es tan sencillo como increible.
Cuando hayas probado esto y lo tengas integrado ya en tu vida cotidiana vamos a profundizar más en las respiraciones y a aprender a activar la energía de nuestro cuerpo a través de ellas.
Los beneficios que te aporta esta técnica tan sencilla son:
Nos ayuda a centrar la mente, siempre tan dispersa en mil cosas.
Aumenta nuestra capacidad pulmonar, ya que aprendemos a llevar el aire hasta nuestra caja torácica y para poder expandirla tenemos que llenar bien nuestros pulmones.
Aprenderás a relajar tu cuerpo, notando la mandíbula que no este crispada, los ojos, tu frente, tu cuello, relajalos y siente el aire como entra y como sale de tu cuerpo.
Cuando lleves unos días practicando, notaras que tu sistema nervioso se va calmando, veras como se va centrando y en poco tiempo notarás una mejoría importante en ti.
Bien empieza ahora a respirar, vas a aumentar la energía de tu cuerpo en un momento, hazlo sin prisas, es mejor hacer solo dos o tres respiraciones, pero poniendo toda tu atención en ellas que muchas deprisa y sin atención.
Mejorará tu vida cotidiana, alargando la batería energética de tu cuerpo, sin notar esa sensación de no poder más y ya estarás lista para volver a tus tareas diarias.
PRUÉBALO, SIÉNTELO Y VÍVELO
PÁRATE Y RESPIRA